Luchó desde muy joven para transformar Brasil. Desde la
presidencia ha afrontado con éxito este año las protestas sociales del
verano y el espionaje de EE UU que ella misma sufrió. Por Luiz Inácio.Lula da Silva.
Si tuviera que elegir una palabra que definiera el carácter de la presidenta Dilma Rousseff, esa sería coraje. Esta compañera luchó desde muy joven para transformar Brasil, para mejorar las condiciones de vida de la gente más humilde. Fue perseguida, encarcelada y torturada durante la dictadura, pero nunca abandonó sus ideas. En una sociedad acostumbrada a ver siempre a hombres en los puestos dirigentes, ella fue la primera mujer delegada de Hacienda de su región, la primera ministra de Minas y Energía de Brasil, la primera jefa de la Casa Civil, la primera presidenta. Durante mi Gobierno, reorganizó el sector de la energía llevando la electricidad a tres millones de hogares de las zonas rurales. Dirigió el mayor programa de infraestructuras de nuestra época que garantizó el crecimiento económico con una gran inclusión social. Durante su Gobierno, el país alcanzó la cifra de 36 millones de personas rescatadas de la miseria absoluta. En medio de una crisis mundial, el Brasil de la presidenta Dilma es el país más empeñado en la lucha contra el paro, que cayó hasta el 5,2%. 2014 será un gran año para Brasil, y no solo por la organización de la Copa del Mundo de fútbol. El país recogerá los frutos que la presidenta Dilma ha sembrado: la explotación del petróleo del embolsamiento del pré-sal; las concesiones de aeropuertos, de la red ferro-viaria y de los puertos; las grandes inversiones en educación, sanidad y saneamiento. Será el año del reconocimiento de la seriedad y competencia de esta mujer brasileña de tanto coraje.
L. I. Lula da Silva es expresidente de Brasil. Traducción de José Manuel Revuelta.
- Foto:Uly Martín
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