El descubrimiento de cómo esta bacteria se convierte en autófaga ante células enemigas abre las puertas a nuevas formas de terapia para el Parkinson o el Alzheimer.
Una mutación de la bacteria pophyromonas gingivalis, causante de infecciones de la encía puede ser determinante en los futuros tratamientos para el Alzheimer, Parkinson y otras tantas enfermedades neurodegenerativas, según un estudio de la Universidad de Florida, presentado en la XI Reunión General de la Sociedad Americana de Microbiología en San Diego, Estados Unidos.
Según ha explicado una de las investigadoras, Ann Progulske-Fox, esta bacteria ha demostrado que tiene "la capacidad de convertirse en autófaga", y por lo tanto "si se descubre cómo activa esta capacidad dentro de estas células se podrían dar grandes avances en el tratamiento de trastornos neurodegenerativos".
La investigadora ha indicado que "la autofagia es una de las características principales para la supervivencia y defensa de las células contra organismos invasores, ya que la célula se degrada y recicla en aminoácidos que pueden reutilizarse". Muchas enfermedades neuronales como el Parkinson y el Alzheimer, están relacionadas con la aparición de polipéptidos en las neuronas, por ello "si las células afectadas pudiesen destruir esas placas que se forman, aumentarían sus probabilidades de recuperarse", ha explicado.
"Aunque aún no se ha determinado por completo cómo se desarrollan estas enfermedades, sí es conocido que las proteínas se acumulan en las neuronas de los pacientes afectados", ha indicado Progulske-Fox. Por ello, ha señalado que "si se pudiese dirigir la habilidad de las células para romper estas placas, sería posible protegerlas e interceptar el desarrollo de estas y otras enfermedades".
En estudios anteriores, los investigadores habían demostrado que esta bacteria tiene "la capacidad de convertirse en autófaga cuando se expone a una línea celular humana, lo que sugiere que la bacteria tiene alguna sustancia desconocida que inicia el proceso", ha explicado.
Sin embargo, en este estudio, se ha detectado que "una mutación de una cepa de esta bacteria no induce a la autofagia". Si se averigua cómo la bacteria se convierte en autófaga ante células enemigas, "podría llevar hacia nuevas formas de tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas, además de avances en la compresión general de los mecanismos autófagos".
Fonte: JANO.es Medicina y Humanidades
Nenhum comentário:
Postar um comentário